El apocalipsis
“Esta es la forma en que termina el mundo, no con un bang sino con un lloriqueo” T.S Elliot
No creo ser la única que siente que estamos muy cerca del apocalipsis, del final de la vida en este planeta. Creo que aunque muchos estemos pretendiendo que eso no pasa las noticias de los dementes dirigentes no pasan factura a todos en algún punto. Lo raro es que el apocalipsis no es como nos lo pintaron. A los que nos tocó el 12/12/2012 esperamos a que el mundo se acabara repentinamente y sin explicación como si nos cayera un meteorito. Y nos han amenazado con meteoritos pero nada de nada. La madre naturaleza toma venganza y entre volcanes, temblores y tsunamis nos deja la idea de que nos vamos a morir todos en un solo evento cataclísmico. De hecho, las escrituras sagradas de varias religiones hablan de eso, de un evento cataclísmico, tipo el diluvio que acabará con la humanidad de golpe.
Pero no, el apocalipsis viene de mano de nosotros mismos, los humanos. No hay que mirar al universo para encontrar rocas asesinas y destructoras de la humanidad. No hay que buscar en eventos naturales la respuesta a ese apocalipsis. Es tan simple como que vamos por partes, nos vamos diezmando entre nosotros mismos, control poblacional y al paso que vamos un par de bombas nucleares y la mitad del mundo desaparece. Ahora, si ignoramos el problema de salud de todo ese material radioactivo viajando en el viento del planeta, la idea no es del todo mala. Si acabamos entre nosotros mismos con los EE.UU, con Europa y con una parte de Asia en la figura de Rusia, quedamos el sur global a cargo del mierdero. Cambiarían las políticas económicas, cambiarían las votaciones y la fe de la gente en los partidos políticos pelotudos. Puede que hasta se acabe la corrupción porque nos veríamos enfrentados a un mundo sin deudas al FMI, sin ayudas económicas de parte de organizaciones de primer mundo que nos ofrecen soluciones a problemas que ellos mismos crearon.
China posiblemente seguiría siendo la gran potencia pero ya sin competencia y quizás ofrecería tratados comerciales que beneficien a ambas partes y de repente nos daríamos cuenta que no necesitamos del norte global para ser y existir como nos lo han vendido.
Yo no sé si la mayoría de la gente se ha dado cuenta que somos peones en un juego que no es nuestro, con unas reglas que nosotros no aceptamos y que nos condenan a situaciones que no tienen sentido. ¿A quien le debemos todo el dinero que debemos los países con deuda externa? Al Banco mundial o el FMI y ¿quienes son ellos? Si se les paga ¿que van a hacer con ese dinero? ¿Porque son ellos los que determinan quien es mejor para recibir inversiones y quien es peor según el pago de una deuda sin base?
Si quitamos el standard de oro (ver historia al respecto si no la sabe) y los EE.UU. o incluso Europa imprimen dinero sin considerar los efectos a la economía global, ¿porque los países pobres somos condenados por lo mismo? Y además tenemos que pagarle, de nuevo, a entidades inexistentes y anquilosadas.
La ONU no sirve para nada, debía evitar justo lo que está pasando y ahí está mirando sin hacer nada (y tienen un ejercito para eso pero no lo usan para nada serio). Eso si para condenar a los países que según ellos tienen más problemas que otros están listos para ejecutar sus sanciones. Solo quienes caen en el juego son los condenados, los otros ahí van, matando gente a lo que marca en otras naciones y nadie hace nada porque comercialmente no es buena idea. Israel ataca a Irán, EE.UU ayuda a Israel, el tema se pone tenso. Irán juega su carta maestra y cierra el estrecho de Ormuz, fin de la tensión, EE.UU se devuelve, dejan de pasar cosas. Ni sanciones, ni problemas, ni la ONU o el FMI ni nadie dice nada. Pero Colombia o Chile o Ghana dejan de pagar algo y de repente somos las peores naciones del mundo
Si tomamos el caso de Colombia, por ejemplo, se nos castiga por producir drogas recreativas y exportarlas, pero nadie juzga a los EE.UU que crearon y exportan legalmente fentanilo, la más adictiva y jodida de todas las drogas. Nadie juzga el hecho de que quienes lo consumen y sostienen el problema son los usuarios del primer mundo. Se nos juzga y se nos aliena que porque tenemos un problema de seguridad interna entre grupos armados pero nadie le dice nada a las masacres diarias que hay en EE.UU. Nuestra guerra interna afecta nuestros puntajes de inversión pero matar niños en colegios no es motivo para que eso suceda.
Los países “tercermundistas” (feo término para decir que no estamos a la altura del primer mundo, que nos falta “desarrollo”) somos juzgados porque según una comunidad de hombres con vergas más pequeñas decidieron que vivir solos y alienados en países donde la burocracia no se lleva todo excepto por la sensación de comunidad es una idea de desarrollo. Dejemos de comer cuento y de sentirnos ciudadanos de segunda en el planeta por no pertenecer al club de la verga larga. (Metafórica por cierto porque todos los países del sur global (nuevo termino menos despectivo pero igual de insinuador a pobreza), tienen la verga en realidad más larga)